El amor no conoce fronteras ni barreras culturales, como lo demuestra un joven de Saltillo que viajó más de 1,700 kilómetros desde Saltillo, Coahuila, hasta San Juan Chamula, Chiapas, para formalizar su compromiso matrimonial siguiendo las ancestrales costumbres del pueblo tzotzil.
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En imágenes que han circulado en redes sociales, se observa a este joven participando en la ceremonia, llevando ofrendas tradicionales como refrescos, pan y frutos, en señal de respeto y como parte del ritual de unión. Su historia simboliza el encuentro entre dos regiones de México y la fusión de sus tradiciones.
Más que un acto simbólico, su conexión con la cultura tzotzil se ha forjado a lo largo de los años. Como promotor de esta cultura, ha dedicado tiempo y esfuerzo a difundir sus costumbres y cosmovisión, e incluso habla tzotzil.
Ahora, su compromiso va más allá del matrimonio: ha decidido establecerse en Chiapas junto a su esposa, abrazando por completo la vida dentro de la comunidad tzotzil.
UNA CULTURA QUE RESISTE EL PASO DEL TIEMPO
Los tzotziles son uno de los grupos indígenas mayas más representativos de Chiapas, habitando principalmente en los Altos de Chiapas, en municipios como San Juan Chamula, Zinacantán, San Andrés Larráinzar y San Cristóbal de las Casas. Su identidad se fundamenta en su lengua, tradiciones y su profundo vínculo con la naturaleza.
El tzotzil, hablado por más de 400 mil personas, es un idioma de raíz maya que refleja una cosmovisión en la que los cerros, cuevas y elementos naturales tienen un significado espiritual profundo. Su religión, un sincretismo entre creencias prehispánicas y catolicismo, se manifiesta en festividades como la Semana Santa y el Día de los Muertos, donde los santos católicos representan deidades ancestrales.
UNA VIDA TEJIDA EN TRADICIONES
La vestimenta tzotzil es una de las más distintivas de los pueblos indígenas de México. Las mujeres visten huipiles bordados con colores vibrantes y faldas de lana negra, mientras que los hombres llevan chamarras de lana, sombreros de palma y fajillas. Su economía depende de la agricultura y la producción artesanal, destacando en textiles de lana y algodón, cerámica y joyería en ámbar.
La música y la danza son también parte esencial de su cultura. Ritmos tradicionales interpretados con arpa, violín y guitarra acompañan celebraciones que refuerzan su identidad comunitaria.
La decisión de unirse a su esposa bajo estas tradiciones demuestra que la diversidad cultural de México sigue viva y que, cuando el respeto y el amor se encuentran, las diferencias geográficas y culturales se desvanecen.