La figura política de San Andrés ha eclipsado a otros líderes, mostrando un poder que perduró seis años, convirtiéndose en un símbolo de la transformación dentro del panorama político de México. Esta situación ha propiciado un cambio en la lealtad de numerosos exfuncionarios, quienes, tras ser desplazados del poder en 2019, ahora se declaran fervientes seguidores del nuevo régimen, distanciándose de cualquier responsabilidad pasada y evitando la justicia.
La impunidad política se establece como el principal obstáculo para el progreso en México, permitiendo que la mayoría de los criminales actúen sin temor a represalias. Cada delito sin castigo revela una red de complicidad entre funcionarios públicos que aseguran la protección de los infractores, ya sea por acción u omisión.
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Desde 2018, la lista de escándalos financieros ha crecido, con situaciaciones notables como el desfalco en Segalmex y el colapso de la Línea 12 del Metro. A pesar de las denuncias públicas, muchos de los responsables siguen impunes, lo que demuestra un claro déficit en la rendición de cuentas.
Casos de corrupción como la Estafa Maestra y el escándalo de Odebrecht continúan sin resolver, mientras la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa permanece en la opacidad, sin avances significativos hacia la justicia.
La llegada de Morena al poder prometió una transformación radical, evidente en cómo figuras antes adversas, como Javier Corral, han cambiado de lealtad para asumir roles clave dentro del nuevo esquema. Este fenómeno refleja una tendencia alarmante de conversión política que evoca preocupaciones sobre su genuinidad.
La impunidad se manifiesta en todos los niveles de gobierno, obstaculizando el cumplimiento de las leyes y facilitando un entorno donde los crímenes pueden prosperar sin miedo a ser castigados.
Los recientes arrestos en la Operación Enjambre evidencian la grave infiltración del crimen organizado en las estructuras gubernamentales. Vínculos evidentes entre funcionarios y el crimen han sido esclarecidos, mostrando un desprecio por la ley que destaca la impunidad en el poder.
A medida que la impunidad política persista, el fenómeno de conversiones repentinas y crímenes no resueltos seguirá en aumento, dejando una marca indeleble en la justicia en México.
La descomposición social y la falta de cumplimiento de las leyes reflejan una crisis latente que impacta la vida diaria de los ciudadanos, afectando desde la infraestructura hasta la seguridad pública. Ante este panorama, ¿cómo será México en enero de 2025? Aún así, deseamos a nuestros lectores un próspero año nuevo.