Joseph Robinette Biden, el cuadragésimo sexto Presidente de los Estados Unidos, ha anunciado su decisión de retirarse de la contienda por la reelección presidencial. Pronto cumplirá 82 años, y se hizo presidente a los 78, convirtiéndose en el más anciano en ocupar la Oficina Oval. En el inicio de su carrera política, a los 30 años, ya era uno de los senadores más jóvenes de la historia.
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La edad de Biden se ha vuelto cada vez más evidente. En el primer debate de la campaña presidencial, tuvo un rendimiento pobre en comparación con Donald Trump, quien es solo tres años menor pero parece exhibir más energía.
Desde el Partido Demócrata, diferentes voces han solicitado que Biden renuncie a su candidatura. Varios medios han urgido a Biden a retirarse de la contienda.
Su edad inicialmente fue un activo en su candidatura y eventual presidencia. Biden fue visto como un candidato que podía unir las facciones variadas del Partido Demócrata, que abarcan desde el socialismo democrático hasta el centroderecha, lo cual le permitió acceder a la presidencia con el objetivo de poner fin a su carrera política con un legado de unidad.
Históricamente, pocos presidentes estadounidenses han optado por no buscar la reelección. Lyndon B. Johnson fue el último en hacerlo durante la crisis de Vietnam, y su resistencia a renunciar causó competencia interna dentro del partido. La decisión de dejar el cargo es compleja, implicando generosidad y visión de Estado.
A raíz de su decisión, Biden ha expresado su respaldo a la actual vicepresidenta, Kamala Harris, quien podría convertirse en la primera mujer presidenta de los Estados Unidos si es electa.
La convención nacional del Partido Demócrata está programada para llevarse a cabo del 19 al 22 de agosto en Chicago. La posibilidad de que otros demócratas se postulen se asoma en el horizonte, lo que podría influir en las posiciones de negociación dentro del partido.
A diferencia de los republicanos, el Partido Demócrata cuenta con Superdelegados en su convención, cuya votación tiene un peso mayor que el de los delegados comunes. Este sistema fue establecido durante la era de Clinton y beneficia a la estructura del partido.
El impulso de Trump, que pareció indetenible tras el intento de asesinato fallido, está comenzando a declinar, mientras una ola Demócrata podría crecer en un intento por recuperar competitividad o enfrentar desafíos internos.
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Los Clinton y la exlíder de la Cámara de Representantes han brindado su apoyo a Kamala Harris, junto con numerosos legisladores. A medida que se desarrolla la situación, los líderes en el Congreso están siendo cautelosos en su silencio, lo que sugiere que se están llevando a cabo negociaciones tras bambalinas.
Un empate en las elecciones podría ser posible, pero Kamala enfrentará desafíos significativos ante Trump. Su falta de carisma y confianza en los debates pueden resultar problemáticas frente a un candidato como él.