El limón verde se ha convertido en un alimento esencial en México, siendo un ingrediente clave en platillos típicos como ceviche y agua con chía, y agregando sabor a tacos de carnitas. Sin embargo, el reciente aumento en su precio ha generado preocupación tanto entre productores como consumidores.
Las razones detrás de este incremento son complejas, manifestándose en conflictos ambientales y territoriales que impactan toda la cadena de suministro del limón.
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A pesar del descontento general, los más afectados son los agricultores, quienes han tenido que elevar sus costos de producción por diversas razones.
Para entender el aumento en el costo del limón, es crucial considerar la situación de los productores en Buenavista, Michoacán, donde se concentra la mayor parte de la producción de este cítrico en el país.
Un conflicto de seguridad se ha identificado como el principal factor detrás del encarecimiento del limón, ya que se han reportado casos de extorsión por parte de grupos criminales hacia los productores locales. Esta situación ha provocado que los precios se disparen, más del doble en algunos casos.
Como resultado, los productores y empacadores de la región se declaran en paro laboral para exigir la intervención del Estado mexicano, una medida que fue levantada hace una semana.
EL FUTURO DEL ‘ORO VERDE’ EN PELIGRO
De acuerdo con datos de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, “la suspensión de actividades en Apatzingán y Buenavista, zonas clave en la producción de limón, resultará en una disminución de la oferta, lo que podría incrementar los precios en el mercado.” Esto impactará no solo a los hogares, sino también a sectores que dependen del limón, como la industria alimentaria y de bebidas.
Los productores se ven obligados a aceptar precios impuestos por extorsionadores, enfrentando la dura decisión de obedecer o abandonar sus tierras, las cuales quedan bajo el control de grupos delictivos.
Según datos del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, en el primer semestre de 2024, la superficie cosechada de limón alcanzó las 179 mil hectáreas, con una producción de 1.4 millones de toneladas métricas, equivalentes a 1,148 millones de dólares. Apatzingán produjo 79 mil 549 toneladas métricas, mientras que Buenavista alcanzó las 120 mil toneladas métricas.
La considerable cantidad de dinero generada, junto con la alta demanda del limón por parte de la industria alimentaria, convierte su producción en un objetivo atractivo para el crimen organizado.
