La tensión entre el gobierno estadounidense y México concerning cárteles, fentanilo, y la conexión entre el narcotráfico y el gobierno se intensifica, y parece que continuará durante los próximos cuatro años, según observaciones recientes.
Este escenario, sostiene un análisis reciente, se basa en un consenso bipartidista en Estados Unidos, donde la administración Trump cuenta con apoyo para enfrentar a los criminales en México, en contraste con otros temas comerciales que generan divisiones.
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“La decisión de combatir el fentanilo y los cárteles que lo distribuyen en Estados Unidos es un claro acuerdo bipartidista, y Trump tiene la ventaja de actuar en este ámbito, mientras que el gobierno de Sheinbaum queda aislado en su respuesta”, se argumenta.
Además, se critica que la presidenta Sheinbaum asigna la culpa de la violencia en México a Estados Unidos, mientras ignora el papel de la narcopolítica, dejando sin tratar una cuestión fundamental para la seguridad del país.
“Ella insiste en señalar a Estados Unidos como responsable de la violencia, pero su estrategia de seguridad se limita a actores de menor importancia. Las estructuras de poder narcopolítico parecen estar a salvo, sin ser cuestionadas”, señalaron las fuentes.
‘UN DISCURSO CON RETÓRICA DESCONCERTANTE’
En una reciente columna, se destaca la respuesta de Sheinbaum tras las noticias de que varios cárteles mexicanos podrían ser clasificados como Organizaciones Terroristas por el gobierno de Estados Unidos.
Esta reacción se describe como “un comentario hecho con retórica desconcertante que no aborda la situación de manera efectiva”.
La presidenta expresó que si los cárteles son identificados como terroristas, se ampliarán las demandas contra fabricantes de armas en Estados Unidos.
“Tendríamos que llevar el caso en Estados Unidos, dado que el Departamento de Justicia ya ha reconocido que el 74% de las armas utilizadas por grupos criminales provienen de allí. ¿Cómo se posicionan las empresas ante esta designación? Tal vez puedan ser consideradas cómplices”, advirtió la mandataria.
Hasta ahora, las respuestas de Sheinbaum a la situación han sido criticadas como ineficaces, ya que, por ejemplo, la postergación de los aranceles de Trump fue seguida rápidamente por la imposición de un arancel del 25% sobre el acero y aluminio.
En cuanto a la lucha contra los cárteles, se plantean dudas sobre la verdadera intención de la presidenta, ya que su enfoque parece ajustarse a los parámetros establecidos por López Obrador.
“Podemos suponer que Sheinbaum sí desea erradicar a los cárteles y sus cómplices en el gobierno, pero posiblemente se enfrenta a limitaciones en su capacidad para hacerlo”, se concluye.