Un crematorio en construcción fue descubierto en la colonia La Retama en Reynosa, Tamaulipas, según informes del colectivo Lazos Unidos por Encontrarlos. Este establecimiento, que opera bajo el nombre de Funeraria Shaddai, tiene todos los permisos necesarios y no es clandestino, afirmó el propietario, quien se identificó como Jorge Fuentes. La noche del miércoles, el horno del crematorio fue retirado del sitio por la Fiscalía de Tamaulipas.
En una conferencia de prensa, Fuentes estuvo acompañado por miembros de otros colectivos de búsqueda, quienes acudieron para contrarrestar el comunicado de la Fiscalía de Tamaulipas que niega la existencia de campos de exterminio en la zona. Durante la presentación, se enfatizó la necesidad de esclarecer la situación y defender la legalidad del crematorio.
Fuentes explicó que comenzó la instalación del horno el 5 de diciembre de 2024, tras ser solicitado a trasladar el equipo de un terreno anterior que no le pertenecía. “Ahora estoy en La Retama, donde los permisos fueron efectivos”, añadió.
“El horno, de 8 toneladas, no había sido utilizado y fue destruido durante su traslado. Invertí cerca de un millón de pesos y ofrezco servicios económicos, incluso gratis para aquellos que no pueden pagar”, destacó Jorge Fuentes.
Por su parte, Leticia Larios, abogada del propietario, afirmó que los elementos de la Fiscalía que realizaron el retiro del horno ocultaban sus rostros y no proporcionaron información clara sobre la acción. Indicó que el equipo sufrió daños a causa del manejo inadecuado durante el transporte.
“Las imágenes compartidas por la Fiscalía pertenecen a un campo de exterminio que el colectivo localizó recientemente, las cuales no corresponden al crematorio en cuestión, ya que en el lugar solo había un horno y las instalaciones”, afirmó Larios.
Jorge Andrés Méndez Ñeco y Edith González, también miembros del colectivo, expresaron su desacuerdo con la información proporcionada por la Fiscalía, que cuestiona el trabajo de los grupos de búsqueda de personas. “Nosotros encontramos un verdadero sitio de exterminio con restos óseos. Lo que se informó en el boletín de prensa no refleja la realidad de nuestra labor”, sostuvo Méndez.
Hasta la fecha, los colectivos han documentado 20 sitios de exterminio en Reynosa y Río Bravo, con restos no identificados. La falta de una ley forense adecuada complicaría la identificación de los restos hallados.
Edith González subrayó la importancia de presentar pruebas y documentación sobre los hallazgos a las autoridades. “El manejo de información de la Fiscalía genera confusión y afecta nuestro trabajo como colectivo”, comentó.
“Es vital que se reconozca la existencia de campos de exterminio porque, de no hacerlo, el problema persiste. Hacemos un llamado a las autoridades para que se sienten con nosotros y escuchen nuestras experiencias”, concluyó González.