Enrique poda con precisión uno de los bloques de neopreno que antes conformaban la ciclovía, ahora devastada por maquinaria pesada utilizada en obras cercanas.
Las retroexcavadoras y camiones han invadido el espacio de la ciclovía, arrasando con las barreras que separan el área destinada a ciclistas, generando una destrucción total.
En lugar de habilitar una ruta alterna durante las obras de instalación de una tubería de gas natural, las cuadrillas permitieron que los vehículos transitaran por los carriles de ciclistas, ignorando las normas de seguridad.
Los bloques de neopreno, desarraigados, quedaron esparcidos por la calle y la cuneta.
Además, dejaron abiertas las zanjas sin pavimentar y retiraron las boyas que un grupo de ciudadanos voluntarios había instalado, sin reposicionarlas.
“Se están comportando como si esto fuera un tiradero. Han actuado sin consideración. El Ayuntamiento dice que enviará un oficio, pero eso no va a resolver nada. Se supone que deberían restaurar lo que destruyen… No lo arreglará nadie, entonces lo haremos nosotros. ¿Es tan complicado? ¿Por qué no lo hacen?”, comenta Alejandro Dávila Flores, líder del Equipo Boyatón.
Alejandro señala que este tramo de ciclovía, ubicado entre Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza, en la colonia República Oriente, era uno de los mejor conservados de la ciudad.
“Ya habíamos hecho reparaciones”, expresa con frustración.
Ahora, según señala Alejandro, su brigada intentará reparar lo que se pueda utilizando los materiales disponibles.
Su misión será cubrir los agujeros… un trabajo que parece un zurcido de ciclovía.
Esto implica recoger el neopreno dejado por las empresas, cortar lo utilizable, unirlo con otros restos dañados y asegurar todo con clavos. Todo para restaurar los carriles de ciclistas.
“Es un trabajo de parches. Estamos haciendo lo que podemos con muy pocos recursos. Ni siquiera nos proporcionan materiales. Ya estamos planeando un taller para enseñar a zurcir la ciclovía”, señala Alejandro, riendo resignadamente.
“Zurcido invisible de ciclovía”, añade Miguel Valdés, un miembro clave del Equipo Boyatón.
INTERVENCIÓN EN LAS CALLES
Cada jueves, el Equipo Boyatón se lanza a las calles para reparar la ciclovía de la ciudad, asumiendo todos los riesgos y costos. Desde hace un año, dedican entre dos y tres horas de intenso trabajo. Hoy, están presentes Alejandro Dávila, Enrique Torres Mata y Miguel Valdés, junto con Carlos García, un maestro de básquetbol apasionado por el ciclismo.
He estado acompañando al Equipo Boyatón en sus labores por diversas partes de la ciclovía de Saltillo, donde aplican ingenio y herramientas básicas para realizar sus reparaciones.
Esta iniciativa ciudadana inició en noviembre de 2023, cuando Alejandro propuso rescatar las ciclovías de Saltillo.
El llamado a la comunidad fue claro: se necesitaban donaciones de boyas, nuevas o usadas, para reparar las ciclovías descuidadas por el gobierno.
Desde entonces, el Equipo Boyatón ha ocupado calles y avenidas para llevar a cabo un mantenimiento que las autoridades no han realizado.
A pesar de los compromisos adquiridos por el Ayuntamiento en su Plan Director de Desarrollo Urbano, desde 2020, de mejorar más de 34.4 km de infraestructura ciclista en la ciudad, poco ha cambiado.
Las ciclovías estratégicamente ubicadas en Fundadores, Periférico Luis Echeverría, Otilio González y Vito Alessio Robles estaban anotadas como prioritarias para recibir mejoras en señalización y renovación de pintura que no se han materializado.
A lo largo de este tiempo, he solicitado información al Ayuntamiento sobre el presupuesto destinado a la infraestructura ciclista desde 2016, así como sobre las obras realizadas, y la respuesta fue que no hay creación de nueva infraestructura para bicicletas, solo mantenimiento general.
COMPROMISO INCUMPLIDO
El artículo 218 de la Ley de Transporte y Movilidad Sustentable de Coahuila establece que “las autoridades determinarán en sus planes y programas metas y presupuestos específicos para la creación y rehabilitación de ciclovías”, algo que hasta ahora ha sido ignorado.
“No han querido invertir en movilidad para la bicicleta. No solo no se han creado nuevas ciclovías, sino que no se ha dado mantenimiento a las existentes. Lo que nosotros hemos hecho aquí, ellos no. Nosotros demostramos que es posible lograrlo con escasos recursos y voluntad”, aclara Alejandro durante una de las jornadas del Boyatón.
La respuesta de la comunidad ha sido inspiradora; muchos han donado boyas, efectivo y herramientas, y el equipo asume el trabajo. Durante las jornadas de actividad, los ciclistas y automovilistas han quedado impresionados al ver a este grupo de ciudadanos reparando la ciclovía.
Alejandro ha estado colectando firmas para instar al nuevo Ayuntamiento a implementar políticas en favor del uso de la bicicleta.
“Si queremos un entorno más seguro para los ciclistas, debemos tener una red neuronal real que permita acceder a lugares con facilidad”, enfatiza Alejandro.
UNIDAD EN LA COMUNIDAD
A medida que el Equipo Boyatón sigue trabajando en la ciclovía, muchos ciclistas se acercan para expresar su gratitud y apoyo. “La ciclovía debería ser un lugar seguro para todos. El mantenimiento es esencial para promover su uso”, concluye un ciclista anónimo.
La expectativa es clara: la comunidad merece ciclovías bien acondicionadas y seguras. Sin embargo, la responsabilidad recae en las autoridades locales para actuar y no dejar que la pasión del Equipo Boyatón se convierta en un esfuerzo en vano.