El Banco de México (Banxico) ha decidido reducir su tasa de interés en 50 puntos base, situándola en el 9.50%, con la aprobación de la mayoría de sus miembros.
El subgobernador Jonathan Heath estuvo presente durante la votación que resultó en este recorte, una medida que ya había sido anticipada por el mercado.
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El analista del mercado Quasar Elizundia señaló que la reciente decisión del Banco de México representa un momento significativo en el proceso de normalización monetaria.
Elizundia enfatizó que si bien el consenso del mercado ya esperaba un recorte, la decisión de 50 puntos base indica la confianza de la Junta de Gobierno en la mejora de las condiciones económicas.
La votación no fue unánime, ya que el subgobernador Jonathan Heath propuso un recorte más moderado de 25 puntos base.
“Este recorte se alinea con el mensaje del Banxico en diciembre de 2024, donde se planteó la posibilidad de acelerar los recortes si las tendencias inflacionarias continuaban favorables. Es la primera ocasión en este ciclo en que se reduce la tasa en 50 puntos base,” explicó Elizundia.
Esto ocurre tras cinco recortes de 25 puntos base realizados en 2024: “La inflación general ha bajado por debajo del 4%, lo que proporciona al banco central un margen adicional para ajustar su postura monetaria sin descuidar su meta del 3%,” agregó.
Se evidencian señales de debilidad en la economía mexicana.
En el cuarto trimestre de 2024, se reportó una caída del PIB de -0.6% trimestral, la primera contracción desde 2021. Además, la confianza del consumidor descendió a 46.7 en enero de 2025, reflejando un aumento en la cautela del gasto de los hogares.
Estos factores, junto con una pausa en los aranceles por parte de Estados Unidos, proporcionaron un contexto cambiario relativamente estable que facilitó este recorte más agresivo.
El impacto de esta flexibilización monetaria en el crecimiento económico dependerá en gran medida de la evolución de los riesgos externos, especialmente en lo que respecta a las negociaciones comerciales con Estados Unidos.
“Será crucial monitorear si la inflación se mantiene dentro de los objetivos establecidos y si el peso sigue siendo estable. Nuevas presiones externas o un deterioro inflacionario podrían obligar a Banxico a reconsiderar el ritmo de futuros recortes,” concluyó Elizundia.