CDMX.- La capacidad de la administración de Claudia Sheinbaum para abordar la violencia heredada, especialmente en Guerrero y Sinaloa, será crucial para definir su sexenio. Recientemente, se han señalado comentarios desafortunados de la Presidenta respecto al crimen en Chilpancingo.
En su última columna, se expone que la Presidenta ha minimizado el asesinato de Alejandro Arcos, un hecho que va más allá de un simple crimen del fuero común, mientras que su gabinete de seguridad “evadió el tema principal” en sus declaraciones.
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Se subraya que ni el secretario de Seguridad ni el gabinete han tratado el crimen de Arcos como un “grave desafío al Estado Mexicano”.
Durante la presentación de la Estrategia Nacional de Seguridad, se informó que Arcos asistió solo a una reunión en Petaquillas, sin escoltas, lo cual podría haberlo puesto en una situación de vulnerabilidad.
Ese mismo día, fue encontrado su cuerpo decapitado dentro de una camioneta.
El trágico asesinato de Arcos se interpreta como un mensaje contundente del crimen organizado, destacando la brutalidad de estos actos y la capacidad de los delincuentes para ejercer control.
Petaquillas, una localidad de Chilpancingo, está presuntamente bajo el control del grupo criminal “Los Ardillos”, quienes podrían estar implicados en este acto violento.
ALERTA SOBRE LAS CONSECUENCIAS DE LA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD ACTUAL
Sheinbaum parece seguir los pasos de la estrategia del expresidente Andrés Manuel López Obrador, la cual consistió en militarizar la seguridad pública, sin lograr resultados positivos, como lo ha señalado el análisis reciente.
Al igual que con su predecesor, se anticipa que Sheinbaum enfrentará resultados decepcionantes, pero con un contexto caracterizado por un incremento en la violencia en el país.
En su primera semana en el cargo, la Presidenta ya reporta un total de 566 homicidios dolosos en 30 de las 32 entidades del país, un dato alarmante.
En general, se considera que la Presidenta ha realizado un análisis erróneo sobre la situación de violencia en Guerrero y Sinaloa.
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Sheinbaum ha afirmado que Chilpancingo no es el municipio más violento, enfatizando que Guanajuato tiene mayores índices de homicidio, lo que ha generado críticas sobre su evaluación de la situación.
Se argumenta que hay una guerra fratricida en Sinaloa, donde el Estado mexicano parece actuar sin control, y la violencia en Chilpancingo amenaza la autoridad gubernamental en la región.
En los días recientes, además de Arcos, fue asesinado Francisco Gonzalo Tapia, secretario general del Ayuntamiento de Chilpancingo, y Ulises Hernández Martínez, quien iba a ser nombrado secretario de seguridad de ese municipio.
Hasta el momento, no se han realizado detenciones por estos crímenes.
