El secretario de Estado estadounidense llevó una advertencia al presidente panameño: reducir de inmediato la influencia china en el área del Canal de Panamá o enfrentar posibles represalias. En su primera visita oficial al extranjero, el diplomático sostuvo conversaciones en persona con el presidente, quien ha resistido las presiones del nuevo gobierno estadounidense sobre la administración de esta vía de navegación vital para el comercio global.
El presidente panameño declaró que no siente que haya “una amenaza real para retomar el canal ni uso de la fuerza”. En concordancia con la postura del gobierno estadounidense, se mencionó que la presencia de China en el área del canal podría violar un tratado que llevó a la entrega de la vía navegable a Panamá en 1999, lo que exige la neutralidad permanente de este canal.
La administración estadounidense dejó claro que el statu quo actual es inaceptable y que, si no hay cambios inmediatos, se tomarán medidas necesarias para proteger los derechos del país bajo el tratado, según un resumen de la reunión. Esta declaración refleja el tono directo establecido por la política exterior actual, que ha aumentado la presión sobre aliados y vecinos de la nación.
Después de la reunión, el presidente panameño expresó que la conversación fue “respetuosa” y “positiva”, y reafirmó que no hay amenaza contra el tratado. Además, anunció que Panamá no renovaría su acuerdo con la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda de China una vez que expire, movimiento que nace tras el reconocimiento de Beijing por parte de Panamá.
En un recorrido por el canal, el funcionario estadounidense se reunió con el administrador de la vía y destacó que el canal permanecerá bajo control panameño y será accesible a todos los países.
Durante la visita, manifestantes en la capital sostuvieron banderas panameñas y expresaron su descontento hacia la intervención extranjera, mientras que las tensiones sobre la migración también ocuparon parte de la agenda, con la recalcación de la importancia de colaborar en dichas labores.
El viaje del secretario también incluye visitas programadas a otros países de la región y se produce en un contexto de congelación de la asistencia extranjera de Estados Unidos, aunque se han aprobado exenciones para ciertos programas cruciales en las naciones visitadas.